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02 March, 2012

Marzo 2. Ensanchen sus corazones.

2 Corintios 6:13, “Pues, para corresponder del mismo modo -como a hijos hablo- , ensanchaos*~ también vosotros.”


2 Corintios 7:2, Hagan lugar *~ para nosotros en su corazón; Admitidnos: a nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos engañado.”

     Estos versículos demuestran los sentimientos que Pablo sentía por los Corintios. Solo en otras dos ocasiones lo hizo directamente frente a sus lectores. (Gál 3:1 y Fil. 4:15). Pablo había sido profundamente herido por los Corintios, y aun así continuaba rogando en su espíritu por ellos.
     El había descrito su ministerio a los Corintios: “antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.” (2 Cor.6:4-10).
     La actitud de Pablo hacia los Corintios es descrita de la siguiente forma “nuestro corazón se ha ensanchado” (6:11) lo cual significaba que los amaba sin importar cómo le correspondían. Posteriormente Pablo expande su pensamiento en el v. 12, “no estáis estrechos en nosotros” o mejor aun, “nunca les hemos negado nuestro afecto,” NIV. Pablo no dejaba que a los Corintios “se los empuje fuera” de su afecto debido a la falta de respuesta de ellos hacia él. Obviamente el corazón de Pablo esperaba una respuesta recíproca, “Como un intercambio justo…” (nuestro texto). Aparentemente mostraban poco aprecio por los sacrificios que Pablo hacía por ellos. El principio de una iglesia es amar a su líder de la misma manera como aman a la iglesia. ¿Te has sentido decepcionado por la falta de respuesta de aquellos a quienes sirves?
     Pablo nuevamente demuestra su amor por ellos al no reprimirles o hacerles sentir mal, al contrario él deja un principio para un líder o para quienquiera que se sacrifique por su congregación; él debería recibir su aprecio también. El mandamiento aoristo significa “inmediatamente decidir a ensanchar sus corazones.” Aunque fue dirigido a los Corintios en su relación con su pastor, Pablo, el principio trasciende los siglos y es aplicable para nosotros hoy.
     Es por eso que repite este mandamiento en el 7:2, “Hagan lugar para nosotros en su corazón.” Este es el modelo para las iglesias en cualquier lugar. Siempre debe haber una expresión recíproca de aprecio y afecto. Sin embargo, a pesar de su respuesta, su afecto hacia el pueblo de Dios no cambiaría. Su corazón y sacrificio por ellos no serían afectados. Este es el amor de Dios en la vida de Pablo.
     Hay que enseñar a la gente cómo debe amar sin importar la respuesta que reciban, sin embargo, idealmente debería ser recíproca. La gracia de Dios y la cercanía pueden hacer la diferencia.

Salmos 84:5, “Dichoso el que tiene en Ti su fortaleza, que sólo piensa en recorrer tus sendas.”

Traducido por Diego Gómezjurado Avila.

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